No pudimos pasar mucho tiempo sin volver a por sus ricas y
recién hechas tapas y casa Mol no nos defraudó, ¡no hay segunda mala en Casa Mol! Esta vez nuestras elecciones fueron:
-Fritadilla de la abuela: una rica carne en salsa
(sin ser la típica que nos encontramos en muchos bares), con su verdura,
acompañado de un trozo de pan. Su particular condimento le daba un sabor
especial.
-Torre de berenjenas con fondo de tomate: 4
berenjenas entrelazadas con queso y tomate, todo ello caliente y adornado con
orégano por encima. Merece la pena esperar a que lo hagan en cocina y se nota
que no está precocinado.
-Brocheta de pollo Casa Mol: una tapa a base de carne
de cerdo y calabacín a la plancha. También con su pan y orégano adornando.
Si repetimos en casa Mol es porque no nos cansamos de sus
tapas y de su amplia oferta en
frías y calientes. Merece la pena conocer el lugar, su gente y sobretodo su
atento personal. Como dato anecdótico a nuestros amigos taperos, os informamos
de que la casa va a abrir un “Casa Mol II” muy cerca de su primer emplazamiento,
en la calle Duende. ¡Buen provecho taperos!
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